Melchor Mascaró es una empresa constructora y de servicios tan tradicional como moderna. Somos tradicionales porque nacimos con el compromiso de la excelencia, el de asumir proyectos públicos y privados, sin perder nunca el valor del trato personalizado, sea cual fuere la dimensión. Hemos crecido de la mano de nuestros clientes y con el apoyo de nuestros proveedores. Con ellos seguimos teniendo una estrecha relación de confianza. Porque las relaciones, también se construyen, paso a paso y sobre una base sólida. Y somos modernos porque nuestra evolución es diaria, haciendo uso de los recursos, la tecnología y los conocimientos más avanzados.
La historia de nuestra compañía se inicia con una decisión vital y profesional de Sion Mascaró, un mallorquín de pro que en pleno desarrollismo de la década de los 60 tomó una decisión tan arriesgada como concienzuda: ir a comprar un tractor a Andalucía. En esa época, salir de la isla era toda una proeza y embarcarse en la compra de una máquina con la férrea voluntad de obtener rendimiento de ella requería una firme convicción, necesaria para asumir que el riesgo valía la pena. La obtención de ese primer tractor y su llegada a Mallorca fueron los primeros pasos, a los que seguirían muchos otros, para llegar a nuestro momento actual.
Si bien las primeras actividades que realizó nuestro fundador estuvieron relacionadas con la agricultura, más tarde, de manera paralela al desarrollo de la sociedad mallorquina y al auge del turismo, la empresa fue creciendo y ampliando su cartera de servicios profesionales. Así, el proyecto empresarial iniciado por Sion Mascaró evolucionó hacia el desarrollo de actividades relacionadas con la construcción y los servicios públicos.
Melchor Mascaró se convirtió en una empresa de familias cuando los hijos del fundador se fueron incorporando y continuaron con esta misma vocación. Melchor Mascaró ha sido una empresa familiar, dado que cuenta con familias en las que varios miembros forman parte de la plantilla. De hecho, en Melchor Mascaró han llegado a trabajar hasta tres generaciones de una misma familia, haciendo honor a uno de sus valores más importantes: el vínculo entre el trabajo y la familia. Porque cada trabajador y trabajadora asumen un doble compromiso, el suyo propio y el de la familia a la que pertenecen, el cual conlleva el prestigio, el orgullo y la reputación de padres, hijos, tíos, primos, sobrinos y hermanos.
Así, en Melchor Mascaró, esta relación entre familia y empresa, empresa y familia, ha hecho posible que todas las personas que trabajan en la compañía se sientan parte de ella. Y este es, sin duda, un requisito indispensable para lograr una cuenta de resultados positiva. Un intangible de gran valor que forma parte del ADN de Melchor Mascaró.